La Dra. Wenzhao Jia de la Universidad de California San Diego, y sus colegas, imprimieron un sensor de lactato flexible sobre papel para tatuajes temporales. El sensor contiene una enzima que separa los electrones del lactato, generando una corriente eléctrica débil. Los investigadores aplicaron el tatuaje en los brazos de 10 voluntarios y midieron la electricidad que producían conforme pedaleaban en una bicicleta a diferentes niveles de resistencia durante 30 minutos.
A partir de estos resultados, el equipo desarrolló una biobatería que funciona a partir del sudor. Curiosamente, las personas que se ejercitaban regularmente producían menos lactato que los novatos, debido a que su cuerpo, acostrumbrado a la actividad física, tarda más en activar la glucólisis. La máxima cantidad de energía producida por una persona (con mala condición física) fue de 70 microvatios por cm2 de piel.
Si bien la corriente eléctrica generada no fue muy potente, los investigadores se encuentran trabajando en mejorarla para eventualmente poder cargar teléfonos celulares y otros pequeños dispositivos electrónicos. La biobaterías ofrecen ciertas ventajajs sobre las baterías convencionales; se recargan con mayor velocidad, utilizan fuentes renovables de energía (en este caso sudor) y son más seguros al no tener fugas de químicos tóxcos.
El equipo presentó su avance en la 248a Reunión Nacional y Exposición de la Sociedad Americana de Química (ACS).
Gracias a la Revista MuyInteresante
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